Decía Nietzsche que "Hay quienes no pueden aflojar sus propias cadenas y sin embargo pueden liberar a sus amigos". Desde que el filosofo alemán dijo esto mucho se ha avanzado en la Psicología. Tanto que hoy todos podemos aflojar y liberarnos de nuestras propias cadenas, además de ayudar a la de nuestros amig@s.
La experiencia de acudir al psicólogo a solicitar ayuda no es para todos igual, aunque a lo largo del tiempo vamos viendo que esto se vive con mayor naturalidad. Mucha gente admite facilmente ir a su medico, a su especialista, pero reconocer la necesidad de ayuda psicológica es algo menos aceptado, aunque ya va siendo algo cada vez más aceptado. Los descubrimientos cientificos y los avances de la psicología, asi como el llamado "boca-oreja" con la experiencia de algunas personas que han sido ayudadas eficazmente a resolver su problema es lo que más ha ayudado a generalizar esta ayuda.
Es normal que nos encontremos ante una decisión difícil a la hora de proponernos acudir a un psicologo, que nos lleve un tratanmiento clínico o simplemente nos aconseje a llevar o afrontar determinados aspectos de nuestra vida.
El miedo a lo desconocido y las ideas negativas asociadas a la psicología y psiquiatría hace que muchas personas sean resistentes a pedir ayuda y les resulte más fácil acudir a su médico para una medicación, manteniendo tratamientos a través de médicos de familia que se centran en los síntomas expresados por el paciente y no en la base primaria del problema.
La primera pregunta con la que nos enfrentamos es: ¿Tienes que ir al psicólogo?
A pesar de que algunos profesionales no tiene un buen cartel en el ámbito de la psicología, por confundirla con una pseudociencia, cada día son más las personas que se animan a acudir a una consulta o a solicitar http://ayuda-psicologica.info. Cerca de medio millón de visitas y más de 1,000 consultas en este tiempo lo demuestran Desde luego la necesidad de estar bien y mantener un estado emocional bueno es lo que las lleva a pasar por el couseling . Pero a menudo lo han dejado tanto que su estado general se encuentra muy deteriorado y buscan la panacea. Una varita mágica o un milagro. Recuerdo que en mis años de psicologo clínico solía decir a mis pacientes aquello de que "si lo que busca aqui es un milagro, se ha equivocado de sitio. Debe de ir a la Virgen de Lourdes". Algunos de l@s pacientes quedaban desorientados, pero otr@s lo entendían muy bien.
La primera visita
Habitualmente podrás acudir a un psicólogo para una primera toma de contacto, así podrás comprobar el efecto que te causa el terapeuta y los razonamientos que te hace respecto al problema. Una primera llamada de telefono ayuda poco, pero un contacto más directo es más determinante. Una consulta inicial por email ayuda a centrar de qué se trata el problema y a orientar la posible ayuda. Evidentemente, en una primera sesión, es complicado decidir cuál es el problema a trabajar, pero sí se pueden detectar algunos déficits comunicativos, autoestima, etc… que pueden orientarte. En tu consulta deja claro que quieres informarte de cómo sería la terapia y el tratamiento sin ningún compromiso, algunos terapeutas no admiten estos tanteos, pero cada día son más los que ofrecen una primera consulta gratuita o simplemente sin compromiso de continuación. Es importante que te sientas cómodo con el terapeuta, si por algún motivo sientes rechazo o incomprensión, la terapia no llegará a buen término y será mejor derivarte a otro profesional.
¿Cómo afrontar los síntomas?
En las primeras sesiones se realiza el diagnóstico y la evaluación de lo que te ocurre, para establecer unos objetivos terapéuticos y unos temas a tratar. Si necesitas reducir una sintomatología física como ansiedad es importante que busques una terapia que ataque el síntoma y el porqué para que te puedas encontrar mejor lo antes posible. A veces la ayuda de la farmacología con el apoyo del médico de familia contribuye a aliviar estos síntomas físicos y potencian el tratamiento. Estas terapias influyen en las conductas erróneas que hacen mantener el problema y en los razonamientos distorsionados que también cronifican el trastorno. Si aprendes a razonar de otra manera y modificas algunos comportamientos, es probable que mejore tu sintomatología. Dependerá de ti que aprendas de donde procede la base del problema y porqué se ocasionó, se puede ahondar en los orígenes; así tendrás claro qué es lo que no debes repetir y qué habilidades debes aprender para ello. Si solo atacas al síntoma, puede que el problema vuelva a aparecer y te encontrarás otra vez sin una estrategia para atacarlo.
El tiempo que dura una terapia
Existen terapias de dos meses y terapias de dos años. No se puede decir cuanto durará, todo dependerá de la motivación y la actitud del paciente. Una adecuada concienciación del problema ayuda a acortarla. Una intervención precoz, cuando han comenzado los primeros síntomas, no sólo garantiza un mejor afrontamiento del problema y una prevención de las recaidas más eficaz, sino también la mayor rapidez en el tratamiento. Es difícil de calcular el tiempo, ya que va a depender de muchos factores. Ten en cuenta que en una terapia necesitas reaprender una serie de habilidades que en su día no te funcionaron para resolver algunos problemas. Este reaprendizaje necesita su tiempo para poder cometer errores y aprender de ellos. Además suelen aparecer otros problemas añadidos a lo largo de la terapia. En un principio no eran expresados por el paciente, pero determinados comportamientos en su vida cotidiana nos pueden dar muchas otras pistas a tratar, aunque en un primer momento el problema que tuviera fuese otro.
La empatía con el terapeuta también será un factor muy importante al igual que la confianza.
La elección del mejor terapeuta
El mejor consejo que puede darse a una persona que inicia una terapia nueva es que se involucre en los ejercicios y tareas que su terapeuta le enseñe y que se responsabilice de sus cambios, realmente el terapeuta es un orientador y no es quien tiene que cambiar. A lo largo de la semana es el paciente el que tiene que enfrentarse a su vida en la calle y el que tiene que ir probando distintos modos de solucionar sus problemas. Los prejuicios hacen que siempre encontremos razones para no pedir ayuda: "conozco a uno que esta peor que yo", "ufff, para que me va a ayudar a mi éste", "como le voy a contar mis problemas intimos a alguien?" "l psicólogo es para los loc@s" son algunas de las argucias más comunes para no buscar ayuda ante la recomendación de los demás. Es un paso extraordinario para cronificar el problema e ir a peor.
También hemos de detectar a los vendedores de la ayuda psicologica: prometen ayuda eficaz en base a cuestiones muy internas/profundas, dificiles de identificvar por alguien que no sea él/ella, poco transparentes y alejadas de planteamientos cientificos, o bien no tienen una titulación (Licenciatura en Psicología), ni años de experiencia. Alejese de este ofrecimiento de ayuda.
Los miedos al psicólogo
Si sigue con una actitud pasiva buscando la salvación en su terapeuta no lo conseguirá y tirará la toalla. A menudo da miedo enfrentarse a nuestros problemas. Parece que el psicólogo nos va a descubrir algún trastorno imposible de sobrellevar. Nada más lejos de la realidad. Ten en cuenta que en la terapia se hablará de ti y de tu vida. ¿De qué tienes miedo? La mejor manera de mejorar es descubrir nuestros errores y trabajar para superarlos. Cuando los aceptes como parte de ti, ya no te darán tanto miedo. A los psicólogos acude gente normal con vidas normales, su único problema es que no son capaces de llevar las circunstancias de esa vida por el buen camino. A menudo equivocan necesidades, actitudes, comportamientos, emociones y tienen que aprender a recolocar todo eso para poder salir airosos de esas situaciones y poder dejar de sufrir por ellas.
Para l@s niñ@s y adolescentesAhora es fácil oír comentar a unos padres en la parada del autobús de su hijo, que el niño está recibiendo ayuda, o que ellos mismos la reciben. Es el adolescente, normalmente el que más impedimentos busca para evitar, lo que el supone, va a ser una norma más. Sin embargo, hace falta simplemente una sesión para que se den cuenta de que allí hay confidencialidad, apoyo y de ninguna manera se le enjuicia como él previamente pensaba.
A veces leemos pautas, recetas, sugerencias... de cuándo hay que acudir a un profesional de este tipo. No creemos que hagan falta tales ideas, simplemente cuando uno ve que él mismo no es capaz de superar el problema que le preocupa en un momento determinado, cuando ve que lo que él intenta no funciona.
En ocasiones nos vemos obligados a comentar a unos padres que su hijo no tiene por qué acudir,ya que por ejemplo, si el/la profesor/a ha dicho que el niño se ha comportado agresivamente en el colegio, igual hay que ver primero qué es lo que ese niño ha aprendido como "medio de defensa", o igual solo hay que decirle que así no lo tiene que hacer; ¿se han intentado otras alternativas? Porque ir al psicólogo no es ningún "trauma" para una persona adolescente, ni debe generar ningún sentimiento raro (no hay que estar "loco" para ir, como se entendía antes), pero tampoco hay que crear problemas donde no los hay. No es lícito que acuda por ejemplo un niño cuando no lo necesita, ¿qué puede pensar el propio niño de esto? ¿Qué sentimiento se genera en los padres? En nuestro centro de psicologos en Bilbao tenemos muy en cuenta que a las soluciones se llega, pero no tenemos intención de crear problemas donde no los hay.
Consejos prácticos:¿Cuándo debemos acudir al psicólogo?
•Cuando sintamos que la tristeza, la apatía y la falta de ilusión empiezan a agobiarnos y a emitirnos el siempre equivocado mensaje de que nuestras vidas carecen de sentido.
•El negro o el gris tiñen frecuentemente nuestros pensamientos y nos vemos incapaces de encontrar algo positivo en nuestras vivencias cotidianas.
•Todo a nuestro alrededor lo percibimos amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos.
•Pensamos que la desgracia se ha cebado en nosotros y comenzamos a asumir que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar.
•Estamos atenazados por miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc.. Es decir, cuando el temor o la inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de personas, animales y cosas que nos rodean.
•La obsesión por padecer graves enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas, de las que no podemos prescindir sin que su ausencia nos genere ansiedad.
•Nos sentimos "con los nervios rotos" y casi cualquier situación hace que perdamos el control y sólo sepamos responder con agresividad o con un llanto inconsolable.
•Nos damos cuenta de que fumar, beber o consumir cualquier otra droga, apostar..., se ha convertido en una adicción de la que no sabemos salir y que genera perjuicios importantes en nuestra vida o en la que de quienes nos rodean. Cuando decimos que lo tenemos controlado es quizás cuando estemos peor y necesitamos mayor ayuda.
•El estrés empieza a mostrarse a través de sus síntomas psicosomáticos: insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares, sexuales......
•La ansiedad es una constante diaria, que impide la estabilidad y serenidad necesarias para mantener un pensamiento positivo, una conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos.
•Los silencios, los desplantes o los gritos sustituyen al diálogo, y los problemas de comunicación enturbian nuestra relación con los demás.
•Las dificultades sexuales afloran y vivimos la angustia que causan la impotencia, la falta de deseo o de sensaciones eróticas y, sobre todo, la imposibilidad de gozo y comunicación con la persona destinataria de nuestro amor.
Si sientes todos o alguno de estos síntomas no lo dudes. Solicita http://ayuda-psicologica.info para que tengas una adecuada respuesta a tus necesidades. Cuanto antes lo hagas siempre será mejor. Si conoces a alguien con estos síntomas, tu ayuda consiste en que acuda a un profesional de la psicología que le pueda ayudar a onos solicite a través de esta página ayuda.
De todas formas haznos llegar tu experiencia y tu punto de vista haciendo un comentario. Son de mucha ayuda para la gente.
Muchas gracias.
Juan Francisco, quiero expresar que me ha parecido realmente importante la información que nos facilitas,y la claridad con la que te expresas.
ResponderEliminarEs triste el gran número de personas que mantienen tratamientos desde hace años, y nadie les ha facilitado información sobre las posibilidades de realizar psicoterapia. Si tratamos sólo los síntomas,sin tener en cuenta otras variables,es difícil obtener buenos resultados, al menos eso creo yo.
Gracias por esta excelente información.
Saludos
Muy buena entrada. Yo creo que ir a terapia es una cuestión casi vital para muchas personas y es bueno dejar de lado los prejuicios de una vez por todas, ya que no sirven de nada, sólo retrasa la recuperación. En estos tiempos me resulta extraño que aún haya gente con tanto temor al psicólogo. En mi caso es una de las mejores cosas que puedo hacer. No sé si va a curarme, pero sin mi sesión semanal estaría mucho peor, eso seguro.
ResponderEliminarSaludos!