- Se entrega un dinero en la entrada (con billetes del Monopoly, un juego que ya indica y simboliza el poder del dinero) , y que esto posibilita el acceso a una chica.
- Las chicas son incitadas a que se presenten al juego y se exhiban para que se puje por ellas en función de los gustos de varón adolescente. Un rol de "mujer objeto" que también simbólicamente evoca similitudes con la visión machista del genero femenino como mercancía, objeto de deseo y sujeta a las "reglas del mercado" en función de la demanda y la oferta. Claramente algo intolerable ya desde el punto de vista de nuestras leyes y nuestras normas y mucho más si se trata de menores sobre los que debemos ejercer una especial protección.
- Existen muchas similitudes entre este "juego simbólico de rol" y de forma "simbólica" con lo que ocurre en la realidad en el caso de la prostitución.
- Lo denunciado por los medios de comunicación y las explicaciones dadas por los organizadores pone de manifiesto también que este tipo de prácticas son concebidas y realizadas como "normales" por una parte de la población , incluso si se trata de adolescentes. Lo que pone de manifiesto también que hemos de seguir trabajando por tener una sociedad que potencie unos valores que no permitan ningún resquicio al respecto; es decir que no permita que el machismo, el proxenetismo, y la potenciación de desigualdades fundamentalmente en estas edades tire por tierra en un fin de semana los esfuerzos y los avances que nuestra sociedad está haciendo al respecto. Esto pone de manifiesto, a mi juicio, que los debates sobre la necesidad o no de la asisgnatura de educación para la ciudadanía son estériles, porque si algo demuestra este hecho es que en nuestro país hemos tardado demasiado en implantarla. La "doble moral" que existe en nuestra sociedad con el tema de la prostitución no ayuda precisamente a clarificar este escenario para los/as adolescentes.
- El premio para los ganadores era estar en un "reservado" de la discoteca. Mas simbólico imposible. Las relaciones sexuales comienzan ya a experimentarse entre 12 y 16 años y estas prácticas establecen ya unas pautas de comportamiento entre ellos se alejan muy mucho de un modelo de relación "sano" y respetuoso con los derechos de los menores.
Por todo lo que comentamos la vulnerabilidad de la personalidad de las personas adolescentes hacen necesaria una especial protección ante ellos. Las instituciones públicas debería trabajar porque este tipo e fiestas tengan un código deontologico de actuación de obligado cumplimiento, no sólo en el tema del alcohol y tabaco, sino también de los comportamientos que puedan atentar claramente sobre la integridad de las personas menores que participan en ellas.
Muchos padres y madres se encuentran a veces que no conocen las actividades que realizan sus hijos/as adolescentes cuando salen con los/as amigos/as a una discoteca de las llamadas "ligth". Y es dificil, nos confiesan, mantener un diálogo franco y directo con ellos sobre lo que allí realizan. Especialmente si la comunicación ya no es muy fluida, como ocurre en estas edades con demasiada frecuencia por no saber los padres abordar esta comunicación, y por la necesidad de mantener un espacio propio por parte de los/as hijos/as. En este sentido es necesario, por tanto, mejorar las pautas de comunicación entre padres/madres e hijos/as. Muchos padres creen que la comunicación con sus hijos/as es buena, pero dicen muchos adolescentes, por ejemplo: es buena, pero no me escuchan; es buena, pero no se interesan por mis cosas; es buena, pero no tienen tiempo para mí; es buena, pero no puedo hablar a solas con ellos; es buena, pero todo lo que les digo lo consideran sin importancia. Siempre ponen algún "pero".Este es el punto fundamental, no se puede educar si no hay una correcta comunicación. Mis mensajes no llegan y los de mis hijos no me llegan a mí. Se acaba por no conocer al hijo y de ahí nace el problema de no saber cómo afrontar los problemas. Algunas cosas deben quedar claras: no se trata de ceder en todo, sino de dar razones de las decisiones de los padres/madres. Esa es la clave, escuchar al hijo y dar las orientaciones acompañadas de razones.
No se trata de interrogar al/la adolescente en forma inquisitoria violando su intimidad, pero sí se trata de hacernos presentes en su mundo aprovechando los momentos en que esté más accesible, buscando las ocasiones, yendo a fondo. Se trata de exponer mis orientaciones razonadas, con suavidad, con cariño, con interés, hacer que en cierta forma le necesite y me busque porque yo puedo ayudarle, porque puede confiar en mí.
Respecto a la comunicación y en la educación en los valores en los adolescentes hay que ser muy cuidadosos para formar en ellos una jerarquía de valores (generosidad, lealtad, fidelidad, amor) y destacar su importancia y darles así profundos criterios que les van a servir para evaluar la realidad, para construir su vida y su familia con serenidad y felicidad, con honradez.
Recordar algunos consejos para los padres y madres con los adolescentes:
- Orientarlos para que aprendan y saquen provecho de sus errores. En lugar de someterlos a interrogatorios policiacos que lo único que consiguen es hartarlos, conviene preguntarles ¿por qué crees que falló?, ¿qué crees que convendría haber hecho?.
- En lugar de darles "recetas", dejarlos que asuman responsabilidades y preguntarles ¿qué piensas hacer ahora para resolver esta situación?
- Evitar forzarlos a que hagan las cosas "a la manera" de los padres/madres, en vez de tratar de convencerlos, darles oportunidad para que juzguen y experimenten, como por ejemplo, en el caso del vestuario.
- Ayudarlos a que descubran lo que es valioso en su persona. Que tomen conciencia de que valen por lo que son, no por lo que traen puesto o por lo que tienen.
- Darles oportunidad de que vivan sus propias experiencias en situaciones que no implican mayor riesgo. Por ejemplo en el caso del dinero, se les puede asignar una cierta cantidad, para que la administren bajo su propio riesgo.
- Hacer que en casa haya "claridad de reglas", que sepan el qué y el por qué, para ayudarlos y formarlos. Que haya límites claros pero razonados, no impuestos, pues eso les da seguridad.
- Tener cuidado con lo que los hijos ven y leen, no a base de represión, sino de reflexión. Puede aprovecharse o provocar el ver con ellos un programa de televisión o una película y luego, discutir y evaluar, para ayudarles a formarse un criterio.
Hablen con sus hijos/as de este tema de actualidad. Haganlo una oportunidad para dialogar sobre los valores, sobre su visión de la vida y del mundo, de la igualdad entre hombres y mujeres, sobre el valor del dinero....
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Las Claves que aportas acerca de este comlejo asunto son realmente útiles y aleccionadoras, ....,la cuestión es "Saber ponerlas en práctica y no morir en el intento".Gracias por tu clarividencia.
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