Se entiende la superstición como el resultado de la manera prejuiciosa de juzgar la información que tiene nuestro cerebro. Un prejuicio cognitivo (del inglés cognitive bias, ‘predisposiciones cognitivas’ o ‘sesgo cognitivo’, en español), es una distorsión cognitiva en el modo en el que los humanos perciben la realidad. Algunos de estos procesos han sido verificados empíricamente en el campo de la psicología, otros están siendo considerados como categorías generales de prejuicios.
En algunas sociedades humanas se aprecia un proceso de decaimiento de las supersticiones. Sin embargo, este proceso no es lineal, como lo demuestra el auge que están teniendo la quiromancia y los exorcismos en Italia y Europa. Para el individuo supersticioso, la superstición cumple un papel positivo de estabilidad para la psiquis, por medio de los mecanismos de defensa.
Otros temas importantes en relación con las supersticiones son: el estudio del llamado pensamiento mágico, de la religión como un tipo de creencia supersticiosa (ver más abajo), los trastornos obsesivo-compulsivos y la esquizofrenia como enfermedad mental.
Personas supersticiosas
Jamás pasan por debajo de una escalera, no abren el paraguas en un sitio cerrado, tocan madera... La superstición es una actitud mental universal. Pero ¿para qué nos sirve? ¿Cómo evitar que nos condicione en exceso la vida?
"No quiero estar atada a estas creencias. Pero todas las veces que se me ha roto un espejo, ha venido una secuela de desgracias, y no creo que se trate de una casualidad", comentan algunas personas.
Los supersticiosos son personas sugestionables, obsesivas y vulnerables en extremo. Aunque también incide en ellos la formación que se ha recibido de pequeño y las costumbres que había en su casa. Hay que tener en cuenta que las supersticiones cuentan con un bagaje histórico, social y cultural que pesa sobre la conducta del individuo y del que cuesta desprenderse.
"Cada vez que compro un billete de lotería lo hago en el mismo puesto y regreso a casa siempre por las aceras de los números pares. Algunos me dicen que se trata de una simple cábala, otros aseguran que lo mío es una grave obsesión, pero yo sé que gracias a ello acabaré ganando el gordo algún día", confiesa una perona que viene cumpliendo este ritual desde hace más de 40 años y aún confía en él, a pesar de no haber ganado nunca nada.
Deseo de control
Hay dos clases de supersticiones: las requeridas, como en el caso anterior, que apuntan a obtener un deseo o un bienestar, y las evitativas, como la primera, que cree expulsar así un mal cercano . En ambos prevalecen los actos irracionales, los rituales y, quizá, algún amuleto que trae buena suerte.
En opinión de los expertos las supersticiones "son modelos falsos sobre cómo funcionan ciertos aspectos de la vida, sobre los que no se tiene control, como la salud, los accidentes, la fortuna, el miedo o el amor. Es ni más ni menos que una serie de creencias erróneas con las que se pretende ganar el control sobre la realidad".
Acabar con la ansiedad
Las supersticiones suelen activarse más con situaciones que desatan ansiedad, y quienes las sufren desarrollan algún comportamiento supersticioso porque estiman que este les permite reducir, aunque sea temporal, su inseguridad y estado ansioso. Quizá es por eso que los deportistas y los toreros son mucho más supersticiosos que la media.
¿Es posible dejar de sentir ansiedad por el simple hecho de creer en algo mágico? No, porque la única forma de neutralizar las experiencias negativas es armar estrategias que refuercen la seguridad y confianza en uno mismo y no en amuletos.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho tu articulo.Desde aqui te animo para que sigas escribiendo.Un saludo y un beso.Tere
Es un articulo muy interesante y completo. Con tu permiso usare algunas partes en mi trabajo de estadisticas sobre las supersticiones.
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