- Intentá aplicar tu originalidad en los regalos. No compres lo típico, lo primero que se te ocurra. En otras palabras, no elijas el regalo fácil. Mejor te lo piensas.
- Ponte en lugar del otro/a. Prestá atención a sus conversaciones y actividades para descubrir aquello que le gusta. Entrá en el horizonte del otro/a y haz que tu imaginación coincida con el deseo ajeno.
- No te olvides de considerar la relación que tienes con cada persona a la que regalas. A veces un regalo puede usarse para comenzar una relación.
- Recorre varios locales/tiendas antes de decidirte. Intentá agotar las opciones antes de realizar la compra.
- Medita sobre la información que has obtenido de la persona a la que le vas a regalar: hobbies, sobre lo que le hace falta, sobre lo que no necesita pero prefiere, sobre sus gustos a la hora de vestirse, de decorar la casa, de leer un libro, de practicar un deporte, de escuchar música o de elegir una película.
- No tengas miedo de preguntar. Hay gente que es muy difícil de conformar y siempre termina cambiando ese regalo que tanto nos costó. Por eso, mejor, preguntar directamente para saber qué vio, dónde y si prefiere verlo antes. Claro, no te olvides de evaluar el grado de confianza que tengas con esa persona.
- Evita los regalos utilitarios o funcionales. Una licuadora puede ser muy útil para una ama de casa, pero no se trata de un obsequio personal para uso propio.
- Lamentablemente, el bolsillo tiene un límite, es decir, el precio importa. Intentá realizar una combinación perfecta entre afecto y precio, con los presupuestos que manejas.
- Fijate en el envoltorio. La presentación es el 30% del mensaje que lleva el regalo implícito. En algunos locales envuelven sus productos de manera tal que el obsequio se convierte en importante. Si no es el caso, tomate el tiempo necesario para armar unos paquetes que nada más que por la vista entren.
Para los niños y niñas las cosas son distintas
Mientras llega el día que se considere a los niños y niñas como personas y se les trate con el respeto que merecen, muchos tópicos seguirán dañando psicológicamente a éstos y, finalmente a la sociedad, pues ellos y ellas serán el futuro. A continuación vamos a enumerar unos cuantos que dan origen a formas de enfocar los regalos de los niños/as:
"¡Los niños sólo quieren lo que anuncian en televisión y, siempre, lo más caro!"¿Has probado a acompañarlos a tiendas y jugueterías?. Los niños y niñas piden aquello que conocen y, por tanto, deberían visitar tiendas para apreciar todas las posibilidades que existen, de otra manera, acabarán solicitado lo que ven por televisión o lo que tienen sus amigos o compañeros de colegio.
¡Siempre están pidiendo regalos, lo quieren todo!¿No será que han aprendido a querer tener todo excepto lo que ya poseen?. Frases que pronunciamos muy a menudo como “¡menudo coche tiene mi jefe, le ha costado más de 10.000 €”, ¡Quién pudiera tener esa casa!, ¡si pudiese me compraría esos zapatos!, ¡Que ropa más bonita, la compraría toda! sirven de modelo a seguir a los hijos/as, que tenderán a mimetizar el comportamiento de los adultos que les rodea. Simplemente nos imitan. Examinemos nuestro comportamiento para ver como en nosotros puede estar el origen de "este mal".
¡No tengo tanto dinero como para comprar lo que piden! Un regalo no tiene porqué ser costoso, es más, también puede ser gratis:
- Ir con ellos a “la montaña” u otro lugar.
- Compartir una lectura.
- Pasear.
- Observar el firmamento
- Jugar con ellos.
…También se puede regalar cosas necesarias para la vida diaria: - Prendas de vestir
- Material escolar
El problema es que acostumbramos a los niños a regalarles cosas materiales por cada día señalado (cumpleaños, finales y primeros de año, …) y luego nos quejamos de que para ellos pasear o ir a “la montaña” no es un regalo. Al mismo tiempo les enseñamos una norma social absurda: regalar es una demostración de amor y afecto. Luego se pasarán buena parte de su vida haciendo regalos por compromiso -con poca afectividad- a sus amigos/as en dichas fechas señaladas.
¡Los juguetes sólo le hacen ilusión el primer día, luego no los vuelve a utilizar! Los adultos compramos cosas de forma impulsiva y luego nos damos cuenta que fue un gasto innecesario, ¿no es lo mismo?. Además, ¿Cuántas veces le compramos aquello que nos hace ilusión a nosotros?. Claro, luego nos sentimos decepcionados al ver que difieren de nuestros gustos personarles. Y, es que, ¡los niños son personas, no clones nuestros!.
Y no hablemos de regalar animales de compañía para luego abandonarlos en verano. O, peor aún, en caso de no querer tener perros o gatos en casa le compramos una consola de videojuegos para que no se sienta solo ni abandonado matando a todo enemigo virtual que se pone a tiro o conduciendo vehículos a vertiginosa velocidad, ¡luego decimos que morir estrellando el coche a 180 km/h es un accidente!.
En resumen, tu hijo/a no sabe lo que necesita, pero con tu ayuda podría lograrlo. De ti depende. Edúcale en valores como la generosidad, la sinceridad y la comprensión en vez de otros como la estética y la materialidad. ¡Esto si que es un buen regalo!
Respecto a la compra de videojuegos recomiendo la visita a esta página donde se dan consejos para su compra:http://blog.pc-actual.com/2006/12/tu_tambien_juegas.html
El juego es una parte fundamental en el desarrollo del niño desde que es un bebé; mediante el juego comienza a explorar el mundo, a conocerse a si mismo, su capacidad para moverse, para ejercer cierto control sobre su medio y para relacionarse con los demás.
Según la fase de desarrollo en que se encuentre le van a resultar atractivos distintos tipos de juegos. También habrá que tener en cuenta las características del propio niño, ya que algunos son mucho más activos y preferirán juegos que insistan en el movimiento; los más tranquilos disfrutarán de actividades más sosegadas.
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